La presencia del granito en la Sierra ha marcado la arquitectura popular de la zona, ya que el acceso a este material ha posibilitado su utilización en multitud de fachadas. Especialmente en muchos edificios públicos y comunes el granito hace aparición en ellas.

Las casas son en muchos casos de ladrillo (oculto) y con múltiples zócalos de piedra y los tejados suelen ser inclinados y con tejas árabes de cerámica. Los aleros de madera, en muchos casos hoy en día como adorno, forman parte de este paisaje humano.

Podemos encontrar casas tanto de una o dos plantas. En muchos casos de lugares con dos plantas la inferior era dedicada al ganado. Esto posibilitaba que el calor que desprendían los animales pudiera aprovecharse para una mayor “comodidad” para las personas que habitaban en el segundo piso. No hay que olvidar que esta sierra ofrece un clima duro, especialmente en invierno, y el aporte de este calor era fundamental junto con la leña que se obtenía del trasmocho de diferentes especies o del sostenimiento de bosques de dehesas y fincas.

En cuanto a los campos, podemos encontrar muchos cercados de piedra, que servían para delimitar los campos y mantener el ganado encerrado, ya que la ganadería fue uno de los sustentos principales de los habitantes junto con las huertas, que todavía se pueden apreciar en los alrededores de los pueblos más pequeños.

Por último destacar que es una zona muy extensa, por lo que podemos encontrar zonas también con otras características, como usos de pizarra (debido a la Sierra de Ayllón donde se extrae) tanto para las cubiertas como para las fachadas.

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Aparte de la arquitectura popular, hay que reseñar que en el parque y en las cercanías existen aún iglesias con ábsides de mampostería e hiladas de ladrillo. Podemos encontrar de este estilo la Ermita de Patones, la antigua iglesia de Guadarrama, San Mamés, etc.